El valle de Melipeuco; el Llaima oculto...

La redacción de esta página me confronta siempre con el sentido que tiene la participación ciudadana en la vida diaria de los pueblos, ciudades y metrópolis. ¿Qué hacer y cómo actuar para hacernos mejores, para vivir mejor, para hacer más grande y capaz a Chile?

Por mi parte intento no dejarme desanimar por lo reveses reiterados de la vida diaria: la micro llena como tarro de sardinas, la prepotencia policial y su trato discriminatorio, la informalidad profesional, la pobreza, la socarronería institucionalizada; la indiferencia del gobierno frente a los particulares: Quien quiera puede hacer la prueba de escribirle al presidente Lagos y recibirá la respuesta de una máquina.

¿Cómo hacernos valer? ¿Cómo reclamar respeto sin caer en la misma barbarie que queremos combatir? El camino habría de ser la ley, el proceso. Pero ello significaría una prórroga de la justicia aún más larga que la de la llegada al paraíso.

Otra de mis actitudes es seguir avanzando, sufrido y terco como burro de carga. 

Sigo pues redactando estas líneas sin más propósito que mi propia satisfacción, ajustando cuentas conmigo mismo. Me sueño lectores ávidos y críticos.

He creado el dominio magmamater.cl, aunque no sé todavía qué haré en concreto. Me encantaría dar un espacio para la publicación filósofica y la discusión de ideas. Tal vez sea necesario algún apoyo económico para pagar por lo menos el arancel del servidor. Estoy receptivo a ideas y sugerencias.

El verano pasa hermoso en la IX Región. El volcán Llaima está vinculado desde el comienzo con mi destino, en Melipeuco, en La Baita Conguillío. Es un privilegio pasar los días en el bosque, en los senderos. 

Sería hermoso ver a los chilenos más interesados por su montaña. Por este motivo dedico esta edición a las ascensiones realizadas por mí y amigos a los cerros del Conguillío y al cerro El Plomo en Santiago. La ascensión es una metáfora perfecta de la vida. Subir y bajar cerros forma el carácter y le ayuda a uno a conocerse a sí mismo. Se ejercita en estos paseos la perseverancia, el coraje, el altruismo, la reflexión sobre la muerte, que pone de relieve la vida propia para llenarla de matices y gratitud.